“Jamás Dios abandona a los suyos”
FRAY LUIS DE LEON

Como un sueño que no puedes comprender, aparece su imagen repetida, reflejada voluptuosamente en los esféricos espejos de la historia. Al principio es sólo un esbozo difuso que va tomando forma, unas veces el cuerpo herido se aferra desesperadamente a la tierra empapada de su sangre, y otras se diluyen en sudor de ángel y se transforma en paloma de luz. Criatura o Santo, emerge nítido y resplandeciente sobre los mosaicos, los pavimentos y los mármoles que sostuvieron imperios ahora extinguidos, desmoronados, agusanados por el infierno sin tregua del olvido. Y sobre esa ceniza permanece invencible, bajo un halo de púrpura y de sangre que lo consagra en símbolo y memoria del tormento, la idea decapitada y el martirio mil veces ejecutado.

De pronto la tierra se convierte en un bloque de galena, y el cielo escupe lenguas de fuego. Hombres temerosos se arrodillan y rostros coronados se esconden tras las piedras, los arqueros huyen despavoridos de la sangre derramada y las mujeres estrangulan a sus hijos para que nunca lleguen a saber. Su cuerpo deja caer un último latido sobre la hierba, y el dolor vencido abre una brecha de gozo infinito que lo acompaña hasta los ángulos celestes donde la eternidad habita.



Virginia Ruiz Mansillat


Directora de la Galería Sureste, Granada