JOSÉ MANUEL VELASCO, ARQUITECTO DEL COLOR, CHAMÁN DEL GESTO

Gesto del color en el espacio. Color que inunda con su impronta la configuración de estructuras, que bucea en el interior de la evidencia en la iluminación de templos y catedrales que son como elementos de una fiesta interminable, que se desparraman a través de las sombras y los claroscuros, siendo los paradigmas de un laberinto que se define a partir de la propia fuerza cromática.

Buscador de almas expresionistas, en el fugaz geto de la mancha, en la vertebración de la forma, del conjunto de estructuras, que iluminan los rostros humanos, que trazan arquitecturas de la biología, que dejan huella eficaz en la piel.

Catedrales, iglesias, que son gestos, formas dinámicas, que producen vibraciones diversas, haces de luz en la elegancia de lo expresivo, que son el resultado de la meditación del chamán, que busca en las piedras de los templos a la naturaleza perdida en su propio laberinto, en su complejidad de estructuras, en su formulación de una teoría de la propia ausencia de materia porque la verdad del vacío reside en la energía. Vibraciones del color, energía que rompe los esquemas arquitectónicos, que perfila la construcción cromática en el elemento tiempo, que está al margen de la configuración de lo evidente. Buscador de la fuerza vital, de la energía contenida en el contraste cromático, en la llamarada del deseo.

Aglutinador de anhelos, cultivador de evidencias que se van sumando unas a otras, que se aprisionan para, después, soltarse con la fuerza y la determinación del caballo salvaje, que golpea con su mirada la amplia llanura, que pisa la tierra con sus cascos, que resuenan en las catedrales como si de un verdadero ejército se tratara.

Iglesias del ayer, catedrales del hoy, templos donde los rostros son formas arquitectónicas. Todo es puro gesto, porque el segundo de cada milésima de existencia es un momento suspendido en el vacío de los anhelos.

Sumamos conciencias, buscamos la evidencia de la efervescencia para, después, ser conscientes de que el vacío es el lleno, los contrarios son los yoes, que se sumergen en el agua cristalina del pensamiento, para ser biología, necesidad de reproducción y sexo, de anhelos del amor y de deseos de descanso en la evidencia.

Huimos de la magmacidad, para caer en la arquitectura del color, en la formulación de maneras de entender la vida, de trabajar para hallar la constatación de la chamanidad del gesto.

Parcelas que no tienen secretos, que se deshacen en el tiempo-espacio, en la configuración de una obra pictórica que es terriblemente efervescente, que está viva, que no tiene limitaciones, que se halla en la premura de la estructura, en la facilidad de entendimiento de los caminos existentes para salir de la encrucijada.

Caras, rostros que están marcados, seres que son formas arquitectónicas, expresiones que son los caminos que conducen al entendimiento entre las almas.

Iglesias, templos y catedrales, que se traducen en líneas, que nos conducen a los silencios de cada uno, pero recorriendo, entre gritos y exclamaciones, distintas formulaciones, para hallar la serenidad de lo lumínico de la propia manera de constatar la horizontalidad de lo verdaderamente infrecuente.

Construcciones verticales, formulaciones paradigmáticas, que emplean líneas que son gesto, que se difunden con el segundo, que se confunden con la naturaleza salvaje de la pintura expresionista que se reivindica por sí misma.

José Manuel Velasco es un artista que va más allá de las formas, que emplea el gesto para entender la esencia del color, siendo un auténtico chamán del gesto, elucubrador mágico de las pócimas cromáticas, que se convierten en energía, que es luz, inextricable y enigmática, evidente y sensual, que posee el conocimiento de la historia, pero también la instantaneidad del efecto del filtro mágico que define la trascendencia en lo cotidiano, buscando la razón en la locura, en un plano de la existencia donde Don Quijote ha trazado el camino imaginario de Sancho.




Joan Lluís Montané


De la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)